Parte de amar es saber cuando dejar ir a las personas, a veces creemos que retenerlas es lo mejor y tratamos de convencerlas para que se queden, pero saben ustedes mismos que ya no funcionara igual, aquel día donde la vi irse fue el día más soleado de todo ese año, pero desde mi perspectiva parecía un día nublado, tenia 25 años y ella 24, pese a que yo era el mayor parecía que ella lo fuera; siempre lo fue.
Si algún día viajan a japón, en especifico a Osaka, no se apresuren y observen un poco sus alrededores, si ven a un señor sentado con un estado lúgubre tómense la molestia de acercarse y preguntarle del ¿porque esta ahí?, con mucho asombro verán que les responderá a su pregunta.
Para que entiendan un poco más tendré que contarles lo que sucedió aquel 12 del 2068.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...