¿No te pasa que estás cansada de hacer lo mismo cada día, de que no haya cambios positivos en tu vida? Porque yo sí. Mi vida se había convertido en una rutina que no me hace feliz, no me llena, y todo por un daño pasado irremediable. ¿Quieres que todo cambie, pero no sabes cómo? No pasa nada, yo tampoco sé. ¿Te sientes como rodeada de muchas personas de las cuales no confías y lo único que haces es sonreír porque eso es lo que espera la gente de ti? Tranquila, te entiendo. Ellos esperaban que todo fuera perfecto, una niña educada y responsable que saca buenas notas y no rompe ni un plato pero que a la vez quiere romper todos los que pueda. Incomprensión es lo único que sentía últimamente y solo pensaba en que cuando cumpliera dieciocho todo iba a cambiar, pero sabía que eso no era así y me frustraba aún más, porque no sabía solucionarlo y tampoco expresarlo de un modo correcto. Mis padres creían que cambiándome de internado mi actitud mejoraría. Ni siquiera se molestaron en preguntarme que me pasaba, pero lo que ellos no sabían, es que un nuevo lugar no iba a cambiar mi idea y perspectiva... Mi cuento estaba rodeado de rosas y ahora de ellas solo quedaban sus espinas. Estaba harta y quería un cambio, uno que me hiciera feliz. Y creo que lo he conseguido, pero, ¿todo gracias a él o a mí misma? No lo sé, aún no resuelvo la incógnita.All Rights Reserved