Siglos de lucha entre los descendientes de tres clanes. Guerras territoriales en busca del poder. La sangre, alianzas trazadas, otras rotas. Fortalecieron a los humanos. Los cuales a su vez crearon alianzas para la destrucción. Los territorios divididos entre las familias originarias y entre ellos un submundo de criaturas espectadoras de los eventos. La era del hombre estaba surgiendo. El destino de destruirse o renacer, estaba en sus manos. En los ojos reposa el alma del guerreo y allí se ganan o pierden batallas.