Ahora que la condesa de Canterbury ha dejado su condado a manos de su hijo, ella ha planeado descansar de todo. Ya es una mujer mayor y lo único que le queda es disfrutar de su tiempo libre, el cual invertirá contando sus románticas historias a su adorada nieta Sela.
Sela desea saber con muchas ansias las experiencias de su abuela antes de tener que escoger al caballero que será su prometido, además de desear saber más sobre el gran hombre y conde que dicen que fue su abuelo.
Abuela, nunca me contaste la historia detrás de este retrato - mencionó Sela admirando la belleza de aquellos siete hombres - ¿quiénes son estos caballeros? - con ojos curiosos, Sela observó a su abuela en busca de una respuesta. Siempre se había preguntado quiénes eran. Intuía que uno de ellos era su abuelo, sin embargo, aunque la curiosidad la consumía nunca había preguntado acerca de las personas en el retrato. Ahora que su abuela estaba completamente libre, era el momento perfecto para preguntar sin estorbar.
La mirada de la ex condesa y abuela de Sela examinó aquel retrato ya bastante viejo que le traía tantos recuerdos. No esperaba aquella pregunta en aquel momento. Uno de ellos es tu abuelo, querida - mencionó con cierta melancolía en su voz antes de sonreír ligeramente y seguir su paso junto con su nieta - es una historia algo larga, luego del té podemos hablar de ella.
Con una gran sonrisa en su rostro Sela asintió un par de veces y entrelazó el brazo de su abuela con entusiasmo - todo lo que diga mi querida abuela, ¡hay que apurarnos!
La ex condesa se limitó a reír levemente ante la emoción de su pequeña nieta - todo lo que desee mi querida nieta, pero vayamos despacio que tu abuela no es tan joven ahora.
Sela arrugó la nariz al escuchar las palabras de su abuela antes de negar y chasquear- abuela, usted sigue igual de joven y hermosa como cuando era una dama soltera.
¿Que pasa cuando dos familias son enemigas,? Freen Sarocha y Rebecca Armstrong tendrán que luchar en contra de sus apellidos... y ver si el amor vencerá o podrá más el odio...