Hay pequeñas reglas que tú mismo te impones, aquellas que no estás dispuesto a romper por cualquier cosa. Reglas como: Jamás bajes la cara cuando quieran humillarte; defiéndete de quien te maltrate... Entre otras, que quizás no todos tenemos las mismas, pero igual hay reglas. Pues Alex Beckett, tiene muchas reglas, entre ellas, la más importante: No enamorarse.
Siempre ha creído que el amor es para personas que quieren amarrarse a alguien, pues ella no quiere eso. Le gusta la libertad que le ofrece la soltería. Le gusta jugar, sin embargo, el que juega con fuego, en algún punto, se quema.
Con la llegada del hijo del mejor amigo de su padre, más que una llama de fuego, es una hoguera la que se crea entre ellos. ¿Le llego la hora de quemarse? O ¿Les llego la hora de probar un poco de ese fuego que cada uno ha creado en otros? Porque él no se puede salvar de lo que ha hecho, al igual que ella.
Tal vez su historia sea fácil y hermosa, o tal vez los problemas que ambos se ganaron los alcancen...
Recuerda «El infierno puede estar lleno de deliciosos placeres, pero no deja de ser infierno...»
Cuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hofmann; el prometido de la mejor amiga de Jana, por más que intenten evitarlo la atracción se vuelve cada vez más insoportable entre ellos, mientras se embarcan en una peligrosa expedición que los hará vivir una aventura llena de mentiras, secretos y erotismo. ¿Logrará Jana evitar mezclar sus sentimientos y su deseo?