"Quién se acerca a Liam Harrison se asegura un corazón roto"
Alba había escuchado esa advertencia durante años. Todas las chicas de su instituto la repetían, pero sobre todo se lo había escuchado cientos de veces a sus amigos entre bromas, y especialmente a su hermano Alex, porque le encantaba hablar de Liam, su mejor amigo.
Liam era todo lo que cualquier chica amaba, un chico reservado, lleno de problemas, el quarterback del equipo de la universidad, pero sobre todo mujeriego, sin duda el terror de cualquier padre.
Sin embargo, Alba era todo lo que cualquier padre desearía para su hijo, una chica responsable, con metas y con un futuro prometedor. Pero detrás de esa imagen perfecta, había una chica insegura, aterrada por volver a enamorarse después de un pasado que le dejó cicatrices sin sanar.
¿Pero quién no tiene un mal pasado?
El destino es lo suficientemente caprichoso como para mezclar de manera curiosa las vidas de las personas, por lo que cuando Alba y Liam se ven envueltos en una situación inesperada, las advertencias parecen desvanecerse.
Alba sabe que acercarse a él será un riesgo que solo traerá dolor, y Liam, atrapado en sus propios fantasmas, se verá confrontado con algo que no esperaba: la posibilidad de ser vulnerable ante alguien.