Ha pasado más de una década desde que el zovid-19 arrasó la isla del estado de San Andreas. Aún hay restos del virus en el aire y, por desgracia, pocas personas parecen haber sobrevivido a la pandemia.
Los supervivientes buscan refugio en el norte, cerca del desierto. Se han formado varios asentamientos y, en general, la cordialidad y la paz reina entre los habitantes.
Por desgracia, no todo es una utopía. La mayoría de supervivientes ha decidido dedicarse al vandalismo, muchos son los que asaltan, roban o , incluso, mata. a los más indefensos con tal de robarles cualquier cosa de utilidad.
Poison, nuestra protagonista, decide ayudar a quien lo necesite. Su moral y buen hacer, en ocasiones, la lleva a ponerse en peligro. Durante una partida de caza es herida por uno de sus compañeros, Alexander e, inconsciente, la trasladan rápidamente al asentamiento norte de Yellow Jack.
Allí, tras ser atendida, al despertarse se queda anonadada observando a Nick. Al parecer, el también resultó herido durante la noche y compartieron techo hasta haberse recuperado por completo.
Siete años después de que el mundo se convirtiera en un desierto gélido, los únicos sobrevivientes habitan un gigantesco tren en movimiento perpetuo que recorre el planeta, manteniéndolos con vida. Dentro de este confinamiento mecánico y desigual, Alexander, un joven de 14 años, enfrenta no solo las duras condiciones del apocalipsis, sino también los complejos sentimientos que surgen cuando conoce a Elías, un chico de su misma edad que proviene de los vagones más privilegiados del tren.
En medio de jerarquías sociales estrictas y tensiones crecientes entre los pasajeros, Elías y Alexander desafían las normas al embarcarse en un vínculo que podría significar tanto su salvación como su perdición. Mientras luchan por encontrar su lugar en un mundo congelado y dividido, sus corazones jóvenes deben superar barreras físicas y emocionales en un viaje de autodescubrimiento, amor y resistencia.
Un drama de mayoría de edad y supervivencia que combina la intensidad emocional de Young Hearts con la tensión distópica de Snowpiercer.