Es extraño creer que somos el resultado o consecuencia de nuestras vidas pasadas. Sueno algo loco, casi inexplicable.
Si me lo preguntas nuestras vidas son como un caleidoscopio donde podemos ver tres espejos, uno es nuestro nacimiento, el segundo nuestra vida regida por cada decisión y tercero la muerte. De ese último no hay escape, es el seguro más fiel.
Sin embargo, la vida siempre te da sorpresas y yo no sería la afortunada en salvarme.
Un tropezón.
Un café manchando mi camisa favorita.
Un extraño chico.
Entonces, ¿Qué podría salir mal?