𝑯𝒐𝒓𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑫𝒆 𝑬𝒏𝒕𝒓𝒂𝒅𝒂, 𝑪𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐𝒏 𝑨𝒃𝒊𝒆𝒓𝒕𝒐.
25 parts Ongoing En un mundo dividido entre alfas, betas y omegas, las reglas del amor no siempre siguen un camino recto. En España, un país lleno de tradición y contrastes, la vida cotidiana está teñida de costumbres y expectativas sociales. Los alfas, naturalmente, son los líderes, fuertes, poderosos, y a menudo considerados como los que deben tener la última palabra en todas las decisiones. Por otro lado, los omegas, quienes son más sensibles, intuitivos y vulnerables, suelen verse a menudo con estigma, especialmente si no siguen el camino preestablecido: un omega siempre debe depender de su alfa. Sin embargo, como todo en la vida, el amor no sigue reglas claras, y a veces, el destino tiene formas de sorprendernos cuando menos lo esperamos.
Spencer Lawrence nunca pensó que su vida cambiaría de una manera tan radical. Profesor de preescolar en una pequeña escuela, Spencer había encontrado consuelo y propósito en su trabajo. Era un hombre sensible, brillante, con un corazón lleno de sueños, pero que se había acostumbrado a mantener sus sentimientos a raya. Había visto a muchos padres de familia entrar y salir de la escuela, pero ninguno había logrado impresionarlo tanto como Diego Olivo.
Diego Olivo era un alfa, y como todos los alfas, era un hombre imponente, con una presencia que no pasaba desapercibida. Con su altura, cuerpo tonificado y mirada decidida, Diego parecía tener todo lo que un alfa debía tener. Sin embargo, lo que hacía a Diego diferente era su vulnerabilidad. Era un padre soltero, algo raro entre los alfas. En una sociedad donde los alfas suelen ser los encargados de proveer y proteger, no se veían con buenos ojos aquellos que asumían la crianza de un hijo sin la compañía de una pareja. La gente murmuraba, y muchos criticaban su decisión de criar a su hija solo, pero Diego no se dejaba afectar por los chismes. Él había elegido ser el mejor padre que su hija merecía.