«Ella es capaz de recuperarlo todo sin ayuda, pero nadie merece luchar solo todas y cada una de sus batallas. En algún punto de la lucha, estarás tan cansado que sentirás que tienes a todos tus demonios persiguiéndote en una oscuridad y soledad permanente, y ese es el punto en el que las personas, fuertes o débiles, se empiezan a rendir. Y para ella, rendirse sería la destrucción total de su espíritu.»
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Aidan es una leyenda dentro de las mismas, un mito dentro de la historia, una reina con un destino pendiente, y un deseo de venganza tan abrasador como el más ardiente de los fuegos.
Eso cambió una memorable noche cuando Apolo, el dios del sol, escucha la profecía que entrelaza sus destinos desde tiempos antiguos, esta asegurando que juntos lograran que Aidan consiga su trono. Esa misma noche una tormenta se desata, el caos reina en el Olimpo al saberse la verdad, el yugo de Zeus es cuestionado, y la diosa es liberada de su tormento supuestamente eterno.
Ella despierta con un solo deseo:
Recuperar todo lo que debería ser suyo.
Aidan desafiará hasta las mismas dueñas del destino para coronarse como reina del Olimpo sin la ayuda de Apolo.
No importa lo que diga el destino.
No importa lo que diga la profecía, la cual asegura que él es algo fundamental para que ella pueda convertirse en la reina de los dioses.
Ella será suficiente para escribir su historia.
Bella Swan siempre fue un imán para el peligro. Y aquello lo confirma cuando se entera que está embarazada de Edward Cullen, su ex novio vampiro que la abandonó el día después de su cumpleaños.
Buscando respuestas sobre su embarazo llega a New Orleans, atrayendo la atención de un híbrido, el rey Klaus Mikaelson, el híbrido original que queda encantado con ella y lo que lleva en su vientre.