El caso imposible

"No hay nada que podamos hacer, Ander"

Estas fueron las últimas palabras del señor Melborne antes de salir de la oficina, dejando al joven detective con un mal sabor de boca. El cuerpo de una niña había sido encontrado en el basurero de un vecindario, frente al residencial de la exclusiva avenida Russell.

Los policías y demás detectives infirieron que aquel asesinato podría haber estado vinculado a una red masiva de trata de personas, pero al no encontrar al culpable, sospechosos, ni siquiera pruebas o rastro alguno del o de los delincuentes, el caso quedó a la espera, cosa que hizo al detective Ander Daen obsesionarse con encontrar respuestas, rompiendo la primera regla de la agencia.

"No involucrarse sentimentalmente con los casos."