Ella era como una ave, una bella ave de plumas negras, una preciosa ave que había sido encerrada, cuando tenía que ser libre, volar lejos y llevar un hermoso canto hasta el último rincón de la tierra. Pero una jaula creada por mí mismo la mantenía encerrada, atrapada, incapaz de salir a volar, a explorar el mundo que ella siempre soñó, y yo no era consciente del daño que le había causado. Estaba tratando de liberarla de una prisión que yo construí, pero que no podía destruir. Tal vez eso fue lo que me atrapó de ella, como es que eramos similares, pero a la vez diferentes, yo estaba atrapado en mi propia jaula, deseando ser libre, sin embargo, aunque yo tuviera la llave de mi propia jaula, me daba miedo salir y explorar nuevos lugares, en cambio ella era un espíritu libre, ella no merecía estar encerrada, ella luchaba por salir y yo, luchaba por mantenerme en un lugar que consideraba segura.