Levantarse cada mañana era un verdadero tormento, cada día rezaba a Dios para poder dejar de sentir; su madre le había enseñado a rezar desde que era un crío, en casa todo se resolvía rezando, pero, ¿Cómo seguir rezando si tu Dios te ha dejado de responder?
Fue difícil para él dejar la casa dónde había crecido, dónde según sus padres jamás le había faltado nada. Era su turno de enfrentar solo al mundo, sobre todo a ese mundo que él sabía era distinto al de cualquier otra persona, no era difíl deducirlo.
Preguntaba cada noche a las sombras de su cuarto que era lo que querían de él esperando obtener una respuesta, sin embargo esta nunca llegaba. A quién podía pedir ayuda, ¿Dios?, después de la muerte de sus padres había dejado de responder, ¿Su hermana? alguien a quién debía visitar a un psiquiátrico no era la mejor opción, ¿y si?...
No, jamás. La educación que había recibido de sus padres ni siquiera le permitía pensar en un ser que había sido desterrado del paraíso.
¿Entonces que pasaba?, ¿Por qué pagaba por una penitencia impuesta por alguien que lo ignoraba y castigaba sin haber cometido pecado alguno?
Nota: La primera descripción quedó más chida pero se me borró.
ADVERTENCIA
Nada en contra de ninguna religión, lo redactado no hace referenia ni esta basado en ningún hecho narrado por la biblia o cualquier otro libro sagrado. Pura ficción, cualquier hecho parecido con la realidad es mera coincidencia, todo salió de mi imaginación.