Las tierras que el hermano de Andrew Scott, marqués de Wellingham perdió antes de su precipitada muerte sólo se podían recuperar embaucando a la nueva dueña de las mismas, una solterona y romántica dama escocesa, quien a sus veinticinco años aún cree que el verdadero amor existe y, peor aún, que alguien a su edad puede conseguirlo. Determinando que la dama será una presa fácil de conquistar, para un libertino tan astuto como él, Andrew la lleva hasta el altar, para finalmente descubrir que lo más valioso de lady Eugenia Simpson no eran las tierras que él tanto añoraba, sino el corazón que estaba a punto de perder a causa de todas sus mentiras .