Deja que pase

Debía enfrentarse de nuevo a la tormenta, aquella que la dejaba sin fuerzas, que la ahogaba.
Debía enfrentarse de nuevo a esa puta tormenta de la que pensaba que ya había conseguido salir, pero esta vez debía hacerlo siendo un poco más mayor, más madura, más sabia y con el corazón roto.
Y era así, porque a veces la vida te pone obstáculos, porque a veces la vida te pone personas que simplemente están para aprender de ellas y después irse, porque a veces la vida te da cosas buenas y otras te da lecciones.
Pero eso no quita que duela, eso no quita que tengas miedo, eso no quita que acabes destrozada, eso no quita la culpa, la frustración ni las ganas de acabar con todo, eso no quita el corazón roto, eso no quita las pesadillas ni los sueños que ya no se pueden cumplir...

Y es por eso por lo que a veces Daniela se maldecía a sí misma por ser como era y por tener un corazón tan grande y con tantas heridas, por pensar que todo era su culpa y por pensar que arruinaba todo lo que quería; era por todo eso por lo que se odiaba y deseaba que todo se acabase y que alguien realmente se quedase, que la ayudase en la tormenta...
¿Cómo se le explica a Daniela que a veces hay que dejar que pase y que es capaz de salir de la tormenta?