Las maldiciones eran algo distintas para ti, conviviste con varias desde pequeña, después de todo. De alguna manera veías algo humano en ellas. Lo que más le veías en común es que ellas no habían pedido nacer y ahora debían afrontar las consecuencias de vivir. A veces lamentabas no poder despedir a una maldición cuando la exorcizaban, ya que su cuerpo desaparecía. Creías que todo ser que habitaba la tierra, al menos merecía una digna despedida del plano físico. Pero un día encontraste unas maldiciones, las cuales llamaban tu atención, ya que estas tenían un cuerpo... Despediste sus almas, deseándoles mejor vida. Hasta que apareció un tercero, quien te atrapo en sus brazos... cálidos. Habías olvidado lo que se sentía el calor de los demás. Créditos de fanart utilizados en la portada: Meru90