Todavía recuerdo la cantidad de sarro que había en sus dientes. Todo el mundo se reía de él por eso, pero a mí no me importaba, porque le quería. Le quería de verdad. Dejé la ciudad de Albacete y me mudé a Estados Unidos para intentar superarlo, pero la cantidad de sarro que tenían los estadounidenses me hacía recordar tanto a él... Por suerte conocí a algunas personas que me ayudarían a superarlo... O, tal vez, empeorarían todo.All Rights Reserved