No sabía sí que lo que sentía era bueno o no, yo creía que sí, él me había hecho ver muchas cosas de la vida que yo no veía por una razón u otra, me había hecho descubrirme a misma, lo más increíble de todo esto es que fue en dos simples meses.
Todo paso en milésimas de segundos, mi vida cambio y ahora me doy cuenta de lo importante que era mi libertad mental, física y social para mí y para la gente que en este momento me rodea, no puedo pensar más allá de ese 25 de agosto.
Mas allá de lo que paso, lo que más me daba miedo era que él seguía atrás de mí, como mi maldita sombra, alejando a cualquiera que intentara en mi mundo.
Un demonio que encontró a un ángel el cual causaba más cosas que otra persona, o eso dice él y las personas que realmente lo conocen.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.