¡Sólo era su ex novio! Tsukishima le había dejado, utilizado y tirado, pero en aquella lluviosa noche, observándole mojarse y deprimido como estaba, sentado en el bordillo de la acera y sin querer marcharse, no pudo hacer otra cosa que abrirle la puerta del edificio donde residían todos los miembros de su equipo. Aunque la mañana siguiente no fue precisamente... ¡Sigilosa! ¡No se puede escapar sin ser visto de los miembros del Nekoma!