El juego de seducción es peligroso, pero es un juego que a Leah Andrews le encanta jugar y con labios voluptuosos, curvas pronunciadas, larga cabellera y ojos expresivos, tiene todas las de ganar. Y eso siempre sucede. Hombre en quien se fija, hombre que cae en su juego. Un juego que se rige bajo sus reglas y necesidades. Hasta que posa sus ojos en Dominic Miller. Su actitud tosca y un tanto salvaje de inmediato captan la atención de Leah, quien no duda ni un instante en comenzar a jugar el que probablemente será el juego más divertido hasta ahora, si tan solo él estuviese dispuesto a cooperar. Pero al parecer, Dominic no está dispuesto a dejarse llevar por todo lo que Leah incita en él y continuamente la rechaza, lo que sólo lo hace mucho más apetecible. Leah estará dispuesta a todo para seducirlo y ni siquiera el hecho de que sea el novio de su "madre" podrá detenerla.