-Yo no puedo amar, soy un monstruo, no sé que es el amor- musitaba este furioso, con sus ojos cristalizados, y con unas inmensas ganas de tirarse a los brazos y acurrucarse cuan niño pequeño en aquella muchacha castaña de ojos grises.
-Tú puedes amar, solo debes dejarte amar, puedo sanar tus heridas- musitó esta con la voz entrecortada, con su corazón haciéndose añicos por ver al hombre que ama en ese estado.
-¿NO LO ENTIENDES? TODO LO QUE TOCO LO DESTRUYO, NO MEREZCO AMOR, NO MEREZCO VIVIR, ME HICIERON DE ESTA MANERA, NO PUEDO TENER FELICIDAD, NO TENGO ALMA- gritó este bastante cabreado asustando a cuya persona se encuentraba destrozada, de rodillas mientras las lágrimas se deslizan por sus suaves y delicadas mejillas, las palabras de aquel hombre le duelen al punto de que siente sus pulmones sin oxigeno y que sienta un dolor insoportable en su pecho.