¿Que tan bajo se puede llegar a caer para saber que se está mal? ¿Qué tan fuerte tiene que ser el golpe para saber que hay que cambiar de vida? Rebecca creía que ya había salido de la oscuridad a la que la vida la había sometido y que por fin todo sería color de rosa como siempre lo soñó, lo que no sabía era que una lección mal aprendida conlleva a repetir el golpe de peor forma que ayer. ¿Es una historia de amor? Tal vez. ¿Acabará bien? No. Una historia de amor para la protagonista y una de dolor para los espectadores.