MOMENTO CONGELADO

Me pasa con frecuencia que al llegar la noche tengo imágenes residuales de recuerdos, sensaciones y momentos, fragmentos que dividen y recrean el paso del día y de alguna manera que demuestra que en algún momento existían, fragmentos que me hablan y me advierten de mi mismo.

Casi con la misma frecuencia me gusta imaginar que mis ojos son como cámaras digitales que al despertar desenfoco y todo es un poco más borroso, pero que poco a poco me adapto a la imagen o hasta la controlo.

Al despertar el control es un poco más difícil porque últimamente mis sueños suelen ser más reales que mi vida podría decir mucho más realistas, emocionantes y dolorosos pero al final de cuentas más realistas.

Al despertar el control es más difícil porque aunque la oscuridad es cómoda y divertida debo de envolverme de día y aunque todo valla más lento aún siento que debo de ir más deprisa.

Apenas en mi mismo y pensando en relojes y manecillas salgo en busca de compañía, para mí buena suerte lo encuentro en menos de diez segundos ahorrando tiempo de ansiedad y armonía.

Con mas frecuencia todavía me descubro negativo y aún jugando con las cámaras de mi ojos me obligo a ver las cosas de otra perspectiva, jugando en mi cabeza con los ángulos de la vida me dispongo a cambiar mi melodía y a tal vez con responsabilidad y suerte a tener un buen día.

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