Harry sabe muy bien sus ideales. Necesita una fuerte suma de dinero para cancelar una deuda, no cree en el romance y mucho menos está dispuesto a hacer de cuidador de ninguna niñata malcriada.
Es cuando le dan una fecha límite para culminar el embrollo en el que se ha metido por culpa de las apuestas donde se pondrá a buscar un trabajo temporal, pero no es tan fácil que el historial de joyita que tiene tras de él.
Una luz en el camino, la única esperanza palpable que surge en estos momentos.
El magnate en negocios, Daniel Walker, está realmente frustrado con el tema de la adolescencia descontrolada. Él sabe que es un padre honorable y un gran ejemplo a seguir, pero tiene por seguro que para su hija no es así.
Será este mismo quién se convertirá en la tabla de salvación de Harry.
Tiene treinta días, una casa, una chica caprichosa y un contrato que lo liga a hacerla madurar.
Unos chicos están encerrados en un laberinto, donde todo tiene un orden, llegan suministros cada día o semana, viene un nuevo chico cada mes, solo chicos.
Hasta que llega un chico... ¿diferente? No lo sabían, en todo el Claro hubo preguntas y ninguna respuesta. El chico había venido una semana antes de lo previsto y, para empeorar las cosas, a los pocos días, llega una chica misteriosa.
[Newtmas.]