Mientras me ponía mi abrigo, y me escabullia agilmente entre la multitud, sólo pensaba en cómo había sido sentir la sangre impregnar mi piel, cómo admiraba el color rojo sobre mis piernas y como fue sacar el cuchillo de su tráquea. Al llegar a la escena del crimen, sacó mi placa para que alcen el cordón policíaco y así poder informarme de este caso. Y cuanto más me contaban los detalles más quería sonreír, porque conocía quien fue o más bien quienes fueron.... Ellos, los únicos hombres que han hecho que haya un poco de Calma en mi sistema nervioso, ellos los cuales podrían ser los más buscados pero nunca encontrados, ellos que eran tan siniestros como mi vida en sí. Alarick, Elíseo y Ulises Todd fueron mi salvación y mi más desgarrador desastre.
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