La juventud es algo hermoso, sublime, que al disfrutarse, los recuerdos quedan para la vida entera, creando un mar de recuerdos por recorrer.
La vida pasa tan rápido, que relatarla completamente en una historia, sería hermoso.
Yugen hacía eso, disfrutaba, vivía, sentía.
Ella, una chica de 17 años, con una vida normal y activa, se enfrenta a decisiones, a nuevas experiencias y como no, a amores tan bellos como el universo.
Ella jamás pensó, que ese chico de nombre peculiar, ojos intensos y sonrisa contagiosa, daría comienzo a una vida repleta de emociones...
¿Puede una chica romántica y delicada enamorarse de alguien tan ruda como Lynn Loud? Issabella Abrams era esa chica: amante del color rosa, del maquillaje, la poesía, y de las historias de amor. Todo lo contrario a Lynn Loud, quien prefería la acción, los deportes y no se preocupaba demasiado por lo sentimental.
A pesar de sus diferencias, había algo en Lynn que atraía a Issabella. Tal vez era su valentía o su determinación, o quizás el hecho de que Lynn no temía ser exactamente quien era. Mientras que Lynn también sentía cierto interés en Issabella, no entendía como no podía tentarse en ganar y ser la número uno, veía que ella era como una suave brisa que acariciaba el rostro hasta de quien no merecía con dulzura, dulzura que raramente a Lynn le encantaba.