Explosivo, Cruel, Egoísta, Loco Son algunas de las palabras por las cuales me conocían; solo mencionar mi nombre hacía retroceder a cualquiera, pero ahora, no quedaba nada, solo el maldito trastorno por el cual me habían encerrado. ¿Estaba loco?, quizá; pero hace mucho que había aprendido a ver mi locura como un arma y no una debilidad. Solo había una cosa que me interesaba, escapar del encierro y recuperar el lugar que me habían arrebatado; pero esta vez no estaría solo. Después de todo... las personas más desquiciadas son las que más pueden sorprenderte y ella no era la excepción.