Empezar de nuevo apesta. Cuando nos mudamos a West Virginia justo antes del último curso, ya me había resignado al acento raro, a tener mala conexión a Internet y a aburrirme como una ostra... hasta que vi al sexy de mi vecino, tan alto y con unos ojos verdes impresionantes. Las cosas parecen ir mejorando. Y entonces él abrió la boca. Chanyeol es insufrible. Arrogante, desquiciante. No nos llevamos nada bien. Nada, nada bien. Pero cuando un desconocido me atacó y Chanyeol congeló el tiempo, literalmente, con solo mover la mano... bueno, sucedió algo... inesperado. El alienígena sexy que vive al lado me marcó. Sí, han oído bien. Alienígena. Resulta que Chanyeol y su hermano tienen una galaxia entera de enemigos que quieren robar sus habilidades y el contacto de Chanyeol ha hecho que parezca uno de esos carteles iluminados de las Vegas. El único modo de salir con vida de todo esto es mantenerme pegada a Chanyeol hasta que mi «luz» extraterrestre se apague. Eso si antes no mato a Chanyeol, claro.