Reese O'brien un convicto que tuvo la suerte de fugarse de la cárcel junto a otros que lo obedecían cuando los muertos llegaron. Con un grupo armado de malos hombres sobrevivieron durante todo un año. Pero aún así teniendo perdidas y dejándolo solo a él y a otros dos más. Un día capta con sus ojos a una mujer que corría con varios bolsos repletos de comida y la sigue hasta que ella llegó a un pequeño edificio de tres pisos. La mujer estaba bien armada y no les da una cálida bienvenida a los intruso. Sin embargo otro día la vuelven a encontrar en una veterinaria y la atrapan para luego poder entrar en el edificio que ella tenía. Una vez que consiguieron lo que querían. Reese le da dos opciones a la mujer. # Sus ojos me miraban con desprecio. Mis hombres la tenían sujeta al suelo, pero su mirada no expresaba ni una pizca de miedo, más bien estaba enojada. Le sonreí de una manera cínica mientras la observaba fascinado. Hace mucho tiempo que no veía una mujer. Su piel morena, su cabello ondulado y esa fiereza que poseían sus ojos, me atraían. -Está claro que no nos iremos, pero tampoco queremos que te vayas-Me senté sobre el respaldo del sofá mientras ella estaba de rodillas ante mi, sujetada incapaz de levantarse-Así que te daré dos opciones y elije lo que más te convenga ¿Estamos de acuerdo?-Pero la mujer no dijo nada y me despreció aún más con la mirada -Contéstale maldita-Magnus quien estaba a su izquierda levantó la mano para golpearla, pero lo detuve antes de que pudiera tocarla Lo fulminé con una oscura mirada asesina, y pronuncié con fuerza cada palabra, como me enojaba esto - Te dije que no golpearas a la mujer - De mala gana pero sin reproches, me obedeció. Recuperé mi compostura y voltee a ver a la mujer - Te quedas aquí para consolar a mis hombres o elijes venir solo conmigo. Tú decide que es mejor. - Me acerqué a ella para susurrarle en el oído - Ellos serían rudos contigo, pero yo te tratataría con cariño