En cualquier ciudad, en cualquier país, hay una institución mental o un centro de reinserción social donde puedes intentar ir por un objeto. Habían 2538 de esos objetos, pero 2000 se perdieron.
Los restantes 538 nunca deben estar juntos. Jamás.
Estas historias han sido recogidas de varias fuentes, muchas de las cuales son más bien cuestionables, pero todas tienen una trama similar; ellas cuentan la historia de un número determinado de objetos, los cuales, al momento de reunirse, traerán horribles consecuencias, detalles de cómo la gente se vuelve loca.
La veracidad de estas historias está siempre en cuestión; así es como estaba pensado ser. Nadie sabe si esos objetos son reales, o si de hecho hay un número fijo de objetos que existen en el mundo que anhelan una reunión con los suyos. La especulación corre desenfrenada; parte de lo que hace a las historias de Los Holders tan incitante es la posibilidad de cualquier persona de ir a una institución mental, preguntar por visitar a un Holder, y estar forzado a someterse a una prueba de fuerza para conseguir un objeto.
Quizás haya una buena razón para que hayas llegado a este sitio, querido lector. Los objetos han de estar llamando...
Todos cargamos con un poco de locura dentro de nosotros. Y es esa irracionalidad la que lo alimenta, la que dibuja una sonrisa que muestra sus dientes afilados y listos para romper piel y destilar sangre. Él puede olfatear la locura en tu alma como un sabueso entrenado, hambriento de dolor, destiñendo decadencia y muerte. Shhh, no digas su nombre.
Cover Art & Design: Consuelo Parra