La magia ha habitado mucho antes de que cualquier humano o dios pusiera un pie sobre la tierra.
Al pasar los años las hadas y todo aquello lleno de magia empezó a ser perseguido por los mortales y así tuvieron que conseguir un lugar donde ocultarse y crecer sin ser señalados. El páramo, un lugar alejado del mundo exterior y dónde podían ejercer su magia sin temor a recibir un castigo injusto por ser diferentes.
Las hadas fueron desapareciendo poco a poco, pues el odio de los humanos hizo que acabasen con ellos, la última hada permaneció oculta en el páramo.