A veces la vida nos juega malas pasadas y para más de uno, su vida en sí es una serie de bromas crueles del destino.
Dos hermanos, cumplen una condena sin haber cometido un delito.
Ivette y Assier, unos mellizos que fueron arrancados de los brazos de sus padres y separados el uno del otro desde muy temprana edad sin razón alguna, ellos sueñan cada día en su exilio por reencontrarse y recuperar la familia que les negaron.
Y más de una década después, ya casi adultos, el destino parece apiadarse de ellos y se les presenta, tal vez, su única oportunidad de escapar.
Mas ignorantes de las razones de su separación, puede que su encuentro traiga más dificultades que la paz que por años anhelaron.
Relatos de la antigüedad animan a terceros a decidir el futuro de los jóvenes por ellos, pero hay algo que debo advertir en esta historia:
Por más sabia que sea una persona, no significa que sea sincera. Por más vieja que sea una predicción, no significa que sea acertada. Hay cosas que se hicieron por una razón y aunque no lo entendamos, es mejor que se queden como están.