"Las personas deben de tener mucha suerte como para poder encontrar a alguien que a pesar de que los trates como seres inservibles tengan la capacidad de darte una sonrisa y abrazarte. Así que debo de admitir que lo mío se llama suerte."
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Cuando Harlin perdió a su padre se rindió a ser mejor. Owen había perdido mucho, pero él siempre sonreía. Los caminos de ambos se enlazaron, personas diferentes, ambas dolidas, una sonreía, la otra se quejaba. Un alma rota, la otra desorientada.