Sus vidas eran auténticas bombas de relojería gritando por estallar, clamando por ser activadas, suplicando por sacar todo aquellos que llevaban tantísimo tiempo escondiendo, y lo iban a hacer aun sabiendo que acabarían con todo y todos, aun sabiendo que todo eso era tóxico, aun sabiendo que todo eso eran ellos, aun sabiendo que jamás podrían volver a esconderse.