Os contaré la historia de mi naufragio,de cuando llegaron salvavidas a rescatarme de ese océano embravecido que intentaba extinguirme por completo de esto. "A veces, sólo a veces. Y sin que sirva de precedente a todas mis cartas de prepotencia, y falso apoyo moral. Hay que sentarse en el suelo. Tocar fondo. Escuchar cómo se rompen uno a uno todos los huesos. Por si no son los nuestros. Rezar a lo que no creemos exista o no. Vencernos y darnos por jodidos sin que acabe en huída. Y entonces llenar el otoño de lágrimas y asumir que nos hemos ahogado antes de tirarnos a la piscina."