El lo veía con ojos de cervatillo asustado cuando lo vio por primera vez, pues, era sólo un niño y tenía miedo del mundo y todos sus revés.
Cuando lo conoció mejor, lo empezó a ver como un amigo, sus ojos brillaban y sus orbes solo desbordaba genuina admiración.
Hoy, hoy el lo ve como un lucero centelleante, lo ve como esa estrella que jamás podrá alcanzar, lo ve como un amor imposible y es que no sabe cuando fue que todo cambió tanto.
No sabe cuando fue que se enamoró de ese lucero centelleante aparentemente inalcanzable.
- eres como un lucero centelleante para mí, hyung -