...la creación de un Balam Umayel requería de sacrificios innombrables, magia oscura como solo encontrarías en las profundidades del abismo, en el pasado quienes se atrevieron a conjurarlo eran perseguidos sin descanso, las mismas brujas y magos destinaban a los suyos a finales miserables por esas prácticas, con el paso de los tiempos esa magia fue condenada a perderse en el olvido y la vergüenza, se suponía que nadie en la existencia conocía ya como conjurara otro portal, y aun así, ahí estaba, en presencia de uno.
Taos se acerco a la mesa fascinado por la magia de esa bruja, su hermano intento alcanzar uno de los reinos albergados dentro del mapa de fuego y en el momento que pudo tocarlo, el fuego se extinguió, mejor dicho fue absorbido hacia la superficie de la mesa y hacia las manos de la bruja. Taos permaneció con su mano extendida por un momento antes de cambiar de dirección y tirar del brazo de Felicia hasta tenerla junto a el, la sujeto también por el mentón obligándola a mirarlo, fijamente. Esa bruja estaba por descubrir lo caprichoso que su hermano, el poderoso dios de la Redención, podría ser.
"Hagamos un trato bruja"
Meghan toda su vida ha sido aventurera, maleducada y desubicada, hasta que tiene que dejar de serlo. La muerte de su padre la hizo viajar hasta el palacio del reino Elaetus con su madre, padrastro y hermanastro, a los qué, aun así, considera una familia.
Pero apenas días después de empezar a vivir en el palacio descubre que hay una maldición en todo el mundo perjudicando a todos los reinos, incluyendo Elaetus.
¿Meghan tiene que ser princesa o descubrir su verdadera identidad?
En todo el recorrido hay un gato negro de ojos verdes que no deja de ayudarla para derrotar lo que sea que perturbe su mundo. Pero al final todo es al revés.