Siempre se ha sabido que los felinos son una raza intrépida, esbelta y ágil. Su fiereza no se compara con la de los lobos, serpientes, osos o cualquier otra raza que se haya mezclado con los humanos en el mundo. Los felinos, sin importar su sexualidad, machos, donceles o hembras, son por herencia de carácter fuerte y de semblante imperturbable. Y Jeon Jung Kook, un felino puro del linaje de las panteras negras era más que todo lo anterior mencionado. Era arrogante, frío y por demás narcisista, pues su estirpe y su aroma habían hacho de él a un macho sumamente popular, en especial entre los jóvenes donceles y hembras de su edad. La lista casi interminable de las familias que querían mezclar sus linajes con la suya era casi tan grande como la cantidad de hembras y donceles que el joven macho tenía a sus pies. Sin duda podría tener a quien él quisiera, pero... ¿Por qué tenía que poner sus ojos en el felino más difícil y arrogante que había conocido? ¿Por que ese felino tenía que ser diez años mayor que él, haciendo la diferencia entre ellos aún más grande? ¿Por qué tenía que ser tan hermoso? ¿Y por qué no caía ante él como todos los demás? ¿Por qué? Jung Kook ardía en deseo y desespero ante aquel hermoso ejemplar... Un doncel, y no era uno cualquiera... Un tigre blanco... ¿Su nombre? Min Yoon Gi
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