Porque caer en ese círculo rojo brillante de pecados, solo fue el comienzo de un dolor inexplicable. Enfermedades sin curas, desastres abominables y pesadillas reales. Donde SiZhui jamás debió entrar a esa cueva oscura y pegajosa, donde sus pies se pegaban al lodo y sus túnicas blancas se veían atascadas de tierra húmeda y apestosa. -Ya voy a regresar, lo juro. [Quitadme el internet.]