Las personas a menudo tienen una historia de adolescencia para contar, porque para bien o para mal mediante ellas aprendemos y maduramos. Esta es la vivencia de mi adolescencia y pre adultez con Alexander, el amor de mi herida, cómo perdí el amor de mi vida por un espejismo de felicidad. Las historias siempre se repiten a través de los años con diferentes personas, quién sabe si mis errores los estás cometiendo también y recorres el mismo camino que yo, acerca de mis errores y aciertos, de lo descubrirás. Al ser ésta una historia real, los nombres de las personas han sido cambiados para proteger mi identidad y las de ellos... O quizás si son los verdaderos nombres? Mi yo adolescente empezó la historia y mi yo adulta quiere contarla... No más porque nos gusta el chisme.
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