Todos intentaban olvidar el pasado y deshacerse del dolor que les habían causado, pero el no, él no podía aceptar el hecho de que ella estaba muerta. La sed de venganza era lo único que compartía con una persona, que en otras circunstancias no habría sido de su agrado, pero no había más. Esta vez no iba a quedarse como el hombre tranquilo e invisible que solía ser. Si tenía que cambiar su vida, lo haría por ella. Luego de las incontables cartas escritas a el fantasma de la mujer que amaba, se convenció. no iba quedarse cruzado de brazos. No importaba si su vida dependía de eso. Al menos así, podía estar al lado de ella. Se había quedado sin un motivo para seguir viviendo. y si lo único que le daba propósito a su miserable vida era eso, entonces no había más que discutir. Cientos de cartas escritas a través de los años, cartas que nadie leería. Cientos de postales sin una dirección a donde enviar. Cientos de polaroids tomadas cuando ella se encontraba con vida, cientos de ellas que solo lo hacían querer dormir y no despertar jamás, para no volver a sentir la soledad que lo consumía, luego de su partida. Víctor solo deseaba tener una cosa en el mundo. A Alice entre sus brazos. Pero eso jamás pasaría. No seguiría desgastando sus palabras en un miserable papel para que nadie pudiera leerlo. Solo vengaría a su amada. - segunda parte de CAREFUL WHAT YOU WISH FORAll Rights Reserved