No queda movimiento que tú no puedas cambiar. Nuestro alrededor se basa en una simple muestra que buscar, cuando nunca cambiamos a pesar de mover la única pieza que nos deja sin salida, tratando que esconder la armadura de metal. Ni siquiera recordamos cada segundo de nuestra existencia, tenemos miedo de que se acabe el tiempo, lo mal decimos porque no tenemos nada que ocultar, o quizá si, pero escuchad, nadie lo va a demostrar. Dejamos de nombrarAll Rights Reserved
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