Jesse creía recordarla perfectamente, pero el tiempo había pasado y el recuerdo de su risueña mejor amiga ahora era eso: un simple souvenir que se llevó del lugar que solía ser su hogar.
Elle Dennison era una chica que no era solitaria o demasiado retraída, pero tampoco muy sociable; todo en ella era tranquilidad, pero nunca llegó a ser una chica aburrida; tenía unos cuantos amigos, pero ninguno era verdadero, nadie sabía más que lo necesario de ella.
Y por alguna razón nadie se interesaba en saber demasiado de ella, hasta que Jesse vuelve y se cautiva.
Luego de perder contacto por años, ver a Elle le causó estragos en su interior. La recordaba de una manera inocente, eran niños cuando él dejó la ciudad y, aunque en la actualidad se la imaginaba de muchas maneras, ninguna le hizo justicia a la persona que divisó al volver.
Había algo en ella que la volvía fascinante, quizá era el misterio de saberlo todo y nada de ella, o quizá era su oscura melena y ojos color aceituna, sea lo que fuere, Jesse estaba más que dispuesto a descubrirlo.
O quizá lo usaría como pretexto para conquistarla.