- Es un defecto, ¿Hay mas que decir?.- decía aquel joven alfa, sin realmente tomarle la importancia que se merecía, puesto que su orgullo puede mas.
- Señor me temo que si no se trata con la delicadeza y preocupación que realmente necesita, no hay mas por hacer... realmente puede morir señor.- decía aquel alfa preocupado por su joven jefe, que a sido su fiel sirviente desde que el joven min era un solo un cachorro y el solo un niño de no mas 5 años.- Es su predestinado, no puede ser tan egocéntrico siempre, le costara la vida si sigue así de terco...
- ¡POR EL AMOR DE LA LUNA, NO ME INTERESA ESA COSA DE LOS "PREDESTINADOS"! ME NIEGO, ME REHUSÓ A CREER QUE EL ES ¡MI OMEGA!.- Con enojo y desesperación, sus palabras eran un poco inquietantes, en ellas resaltaba el miedo.
Con el ceño fruncido mirando a su fiel sirviente puesto que el resonido de su risa para nada disimulada lo desconcertó- ¿De que te ríes? ¿Que es tan gracioso, si se puede saber?.
-Así que... ¿Tu omega? Hmmm interesante.- respondió con una ceja levantada y una sonrisa ladiada mientras miraba a su jefe abrir y cerrar la boca como pez fuera del agua.