Cuando me enamoré de él, no podía dejar de pensar en su sonrisa.
Es curioso, pero el mundo parece desaparecer cuando estoy a su lado.
Un día frío se vuelve cálido con solo tenerlo cerca...
Sus ojos y su cabello me recuerdan al otoño y sus distintos tonos.
De alguna forma extraña, siempre lo elegiré a él.
Siempre será él.
Tal vez me gusta pensar en el amor como algo especial, tal vez lo idealizo demasiado por la cantidad de libros que leo. Pero en una generación donde todos van rápido, él y yo siempre fuimos despacio... y eso me parecía perfecto.
Pasó el tiempo.
Nos reencontramos dos años después...
y, aunque fueron años, se sintió como si solo hubieran pasado unas horas.
Sí, nos rompimos el corazón.
Sí, hubo silencios, errores, orgullo...
Pero con una sola sonrisa suya, lo malo empezó a borrarse.
Y aunque el mundo se oponga,
aunque a veces nos rompamos un poco,
siempre nos vamos a elegir.
Por eso vengo a contarte nuestra historia.
[Reescribiendo]
Samantha Hell es una chica con una expectativa muy alta con respecto a su trabajo, tantos años de preparación y su nuevo objetivo no es nada a lo que ella imagino. Cambiar pañales no es lo que enceñan en la universidad, mucho menos a aguantar el humor de mierda de él jefe.
Samantha queria un trabajo en el mejor banco ruso, ser la niñera y jefa de cafetería no es para lo que ella pensó.
Ella no tenía planeado ser mamá...
Él no tenía planeado enamorarse de ella.