Aitor en esta ocasión la caga en grande, menos mal que Xavier tiene la penitencia apropiada. Acompaña al chico en el descubrimiento de un lado de sus tutores que jamás pensó tendría acceso.
Vegetta tiene la misma rutina desde hace varios años. Salir de su casa para ir a la universidad, pasar por el barrio de sus amigos, continuar juntos el camino.
Y Foolish siempre se levanta temprano para poder ver pasar a ese chico de ojos morados, ah, y para ir a su trabajo en la cafetería de la esquina.
¿Qué pasará el día que los amigos de Vegetta insistan en ir a esa cafetería por extraños motivos?