Todo comenzó con un simple tropezón. ¿Quién diría que eso la llevaría a un matrimonio?
Él quería apariencia para callar bocas, ella necesitaba el dinero. El equipo perfecto. Profesional, sin sentimientos. Todo iba en orden hasta que es imposible ocultarlo más. Los sentimientos se revelan y comienza el caos. Una relación se crea a base de confianza, ellos podían apostar que la tenían ¿o no? Confusiones, revelaciones, inquietudes; todos los problemas que una pareja puede tener. ¿La sinceridad será suficiente para vencer los obstáculos o cederán ante el desastre creado por terceros o por ellos mismos? Una moneda tiene dos caras, dime, ¿te quedas con ambas?
Cuando se aclara el caos, es posible ser feliz, pero, la vida siempre es caprichosa.