Julia no busca enamorarse, no cree en "esas cursilerías". Cuando conoce a Cristian Almeida, un jugador de fútbol famoso que juega en el equipo en el que su padre es directivo, se siente atraida físicamente por él, la química entre ellos es potente, pero según ella, Cristian es todo lo que detesta en un hombre: egocentrico, machista, conflictivo, todo un idiota, pero un idiota muy guapo que se convierte en el protagonista de sus sueños, unos para nada inocentes.
Cristian no ha tenido una vida fácil, pero no le gusta mostrar debilidad, por lo que se escuda en su fama, en su exito como futbolista para crear una fachada de intocable, prefiere no fraternizar con nadie, se muestra como una persona conflictiva, irónica, egoísta. Cuando conoce a Julia, su mundo se pone de cabeza, ella es todo lo que cree odiar de una mujer: altiva, independiente, impertinente, insolente, pero también endemoniadamente atractiva.
¿Podrán resistirse a esa atracción que parece ser capaz de arrasar con todo a su paso?.
Las cicatrices que dejan las heridas de la vida son caminos que nos van guiando; de una u otra forma predisponen nuestro destino. Al darnos cuenta a donde llegamos cuando logramos sanarlas; recordar el momento que iniciaron ya no duele. Se agradece.
Miranda es una joven llena de vida y con el proyecto de sus sueños delante de ella, totalmente enfocada y entregada no tiene tiempo para el amor. Su herida es muy profunda y no ha logrado sanarla, no quiere. Asi esta bien ¿para que enredarse con el amor?
Pero ¿y qué si el amor es una red que se teje solita y al final hay dos victimas inesperadas? ¿podría este amor sellar heridas? ¿o las haría mas profundas?