Notaba la lluvia filtrase por las pequeñas grietas de la madera, hacía frío, estaba empapada y no podía moverme, cada parte de mi cuerpo estaba inmóvil, desde los dedos de los pies hasta los pequeños mechones que se me escapaban del mi pelo recogido en un fuerte moño. Escuchaba llantos y lamentos de personas a unos metros de mi, aunque no podia reconocer bien sus voces sabía que no era ningún conocido ni familiar, pues yo estaba sola. Mis ojos empezaron a cerrarse y yo no les puse impedimento, estaba cansada y quería dormir pero tentonces lo escuché, una voz llamándome, repetia mi nombre incontables veces, como si quisiera salvarme con su voz pero eso era imposible. Cuando una persona está cansada quiere dormir y eso es lo que haré yo, dormiré hasta la eternidad sumergiendome en la oscuridad, porque de eso trara los entierros, de dejar que la persona se vaya en paz y pueda encontrar el paraíso, ¿no?