Nunca creí en el destino o el famoso hilo rojo del que tanto hablan hasta que me reencontré con mi primer amor casi 10 años después. Mi padre estaba cansado de pedirme herederos. En mas de una ocasión le dije que no sería posible. Un día vi a la persona que más hermosa que exista, pero huyo de mi dos veces, la primera no tenía nada como para ir tras él. Ahora no pienso parar, porque no se fue solo, lleva a mi hija. Pienso encontrarlo y atarlo para que nunca más me vuelva a dejar, no soy tan amable como pensé, es solo que siento que moriré si no logro recuperarlo. No descansare hasta que mi pequeña pantera se rinda ante mi.